
C.F. Motril 2
Alhaurino 0
Motril: De la Osa, Iván López, Rafa Martínez (Magaña, min.82), Carlitos, Boris, Kiko Kata (Samed, min.82), Tomás Cruz, Pablo Muñoz, Pato (Cameron, min.63), Antonio López y Nieto (Brian, min.75).
Alhaurino: Galisteo, Andy, Hatim, Largo, Berguillo (Adrián, min.46), Yago (Lupiáñez, min.87), Oliva, Andrei (Tomé, min.58), Yerai (Samuel, min.73), Zalea y Álvaro García (Juan Antonio, min.46)
Árbitro: Cantón Martos (Almería). Mostró cartulina amarilla al local Rafa Martínez.
Goles: 1-0; min.10: Pablo Muñoz. 2-0; min.36: Niko Kata.
Incidencias: Novena jornada de liga en el Grupo 9 de Tercera Federación. Algo más de un millar de espectadores en el Escribano Castilla.
Miguel González
El Motril quiso ahorrarse urgencias y resolvió por la vía rápida su compromiso con el Alhaurino, un rival de toda la vida que volvía al Escribano después de varios años de ausencia. Fue una victoria un tanto funcionarial, pragmática. El Motril buscó las soluciones concretas que requería el asunto, las aplicó con acierto, rellenó la instancia y la echó al cajón. Y hasta la próxima. El equipo azul (algún día volverán las rayas blancas) tiene ya un patrón definido juegue quien juegue. Presiona, toca lo justo para desenredar la madeja en el centro del campo y abre en largo buscando ser profundo. Eso sí, si se presenta la ocasión, también se arrima al área rival en conducciones más largas de sus centrocampistas. Si antes no se detectaba muy claramente un conductor de orquesta, pongamos por caso lo que estos años atrás venía a ser Migue Cobo, en los últimos partidos Pablo Muñoz está ganando protagonismo en esa tarea. Desde muy pronto quedó clara la omnipresencia del jugador pucelano; en el minuto 10 se produjo un rechace en el área malagueña y allá que llegó en carrera para, desde la frontal, disparar raso y cruzado para batir a Galisteo. Tras el 1-0 llegaron los mejores minutos del Motril, un vendaval por momentos, sin dar tregua a un Alhaurino al que movía de lado a lado y que no salía de su campo. Duró poco esa fase de acoso y derribo local, aunque lo suficiente para abrir más brecha. En una de esas en las que la jugada no termina de morir, Nieto, desde el pico del área, puso un caramelo que Niko Kata envió a la red con un cabezazo inapelable. Estaba el partido para dejarlo más que zanjado antes del descanso, pero el cuadro visitante supo resistir y al Motril quizás le lastró su conciencia de suficiencia. En todo caso, el 2-0 tenía pinta de ser un punto y seguido en la segunda parte.

No iba a ser así exactamente; el Motril continuó siendo dueño y señor, intuyéndose que más temprano que tarde caería algún golito más, pero el Alhaurino, que compareció con dos cambios de una tacada, no estuvo mal en la contención, mientras que el Motril empezó a caer en imprecisiones y precipitaciones, lo que le llevó a tener un control más caótico. Chus Hevia dio entrada a Cameron y con el americano la banda derecha se activó con desdoble y filo, pero el último remate no terminaba de llegar. Antonio López, que debería tener un plus por los kilos de jugadores que carga a sus espaldas, lució más por trabajo que por remate; sólo disparó con pólvora real a cinco minutos del final: un espléndido remate de cabeza que se marchó ligeramente alto. El Alhaurino, como quien no quiere la cosa, consiguió estirarse en avanzadillas; en una de ellas, el árbitro pasó por alto un claro agarrón a Zalea, un delantero de los que dan más que reciben. El penalti perdonado alertó al Motril, que ya se conformaba con descontar minutos. En el descuento, Miguel de la Osa sacó el antebrazo como un resorte para desviar un remate a bocajarro de Samuel que parecía sí o sí gol visitante. Sí, el meta echó el cerrojo a su portería y a un segundo tiempo que, prácticamente, estuvo de más.





