Aprendimos la lección y volveremos a intentarlo

Aprendimos la lección y volveremos a intentarlo

Detrás del C.F. Motril hay nombres, hay decisiones, hay goles y también historias. Y pocas tan intensas, personales y comprometidas como la de José Antonio González Illescas, conocido por “Motri”, su alias en su etapa de futbolista. Ocupando el primer plano sin ocuparlo, ha sido quien ha cargado, sin aspavientos, con el peso de reflotar el equipo de su vida. No solo por pasión o por compromiso, sino también por necesidad vital. Dos años y medio después de adquirir el club junto a su hijo, el C.F. Motril ha vuelto a competir por todo.

Miguel González

Si su hijo Juan Miguel es el presidente, ¿cuál es la forma correcta de referirse a usted y por qué arriban al C.F. Motril?

Realmente soy el tesorero. Mi hijo me propuso que compráramos el Motril y que formara parte del proyecto, sabiendo lo que significaba el fútbol para mí desde joven, que tuve que salir de ahí con 20 años. Era algo que me vino muy bien emocionalmente para mi enfermedad. A partir de entonces me empezó a bajar el PSA y otra serie de indicadores. Me dio la vida.

¿Cómo fue ese primer contacto con el club hace dos años y medio? ¿Hubo que tragar mucho en el traspaso de poderes?

Juan Miguel tuvo una conversación con Albarral, y ahí empezó todo. No hubo problemas. El anterior equipo directivo se portó bien. Dejaron algunas cosas pendientes, pero lo comprendo: sacar adelante al Motril con tan pocos recursos era ya una proeza. Una vez que estoy dentro y sé lo que es esto, no me cabe más que admirar lo que hizo Albarral.

¿Cuál era el objetivo inmediato al tomar las riendas?

Mantener al equipo en la categoría. Se hizo una inversión importante en jugadores, aunque muchos apenas jugaron. Aun así, lo principal es que conseguimos inculcar una intensidad al equipo que resultó fundamental para la salvación.

Para la siguiente temporada se apuesta en el banquillo por Fran Maldonado, pero no parecíais muy convencidos de ello…

No era la primera opción, pero Fran me transmitió confianza y me gustaba su metodología. Sin embargo, al entrar nuevos socios, quisieron cambiar. Al final, los resultados le dieron la razón a Fran: cuando se fue, estábamos a dos puntos del playoff; con Edu Oriol terminamos a doce. Personalmente me arrepiento del cambio, sobre todo por Fran. En fin, el fútbol es así.

¿Cómo llega y cuál era el rol de Luis Martín en la directiva?

Soy yo el que le pide el favor de entrar. Le aprieto para que me eche una mano. Pero la realidad es que él, por sus negocios, tiene poco tiempo para el fútbol. El que estaba más encima de todo era yo.

¿Por qué se rompió esa colaboración?

Porque ni la Academia ni el Motril se sostenían económicamente. Ambas cuestan dinero. Sólo la plantilla del primer equipo se nos fue a 42.000 euros al mes. Algo había que hacer y yo no podía arrastrar a un amigo a perder dinero. Lo lógico es que lo perdiese yo, como así ha sido. Luis salió igual que entró, sin perder ni ganar.

Y la dualidad Víctor Barbado “Viti” – Luis Lahera “Biri” ¿cómo se explica?

No valoré a Viti como debía, fui injusto con él. Además, me ayudó lo más grande en el tema de mi enfermedad. Luis quería tener a alguien de su confianza, Biri, pero éste no estaba preparado para el cargo. Si no llega a ser por Viti, no entramos en playoff.

¿Por qué se cuestiona tanto a Viti a nivel de calle?

Porque es la cara visible y fácil de criticar. Pero fue Viti quien salvó al Motril. Es un profesional.

Elegís a Pablo Hernández para dirigir al Motril en la temporada 24-25 y ni llegó a estrenarse en liga, ¿su elección fue poco meditada o se optó por lo barato?

Pablo era un chaval muy trabajador pero también muy cabezón. En una estructura con Luis, Biri, Viti y yo, te puedo permitir una, dos o tres, pero no cuatro. Hubo desacuerdos con fichajes, como el de Dani Benítez, que ya teníamos acordado con el jugador y que Pablo se empeñó en que no y no. La eliminación a las primeras de cambio en Copa Federación ya fue el detonante y decidimos cesarlo.

“Con 42.000 euros al mes de plantilla, el club ha salido adelante tirando de mi bolsillo.”

 “El fútbol es mi terapia diaria. Me ayuda más que nada”

“Nos equivocamos con el cambio de Fran Maldonado” 

 “Luis Martín salió del club sin perder ni ganar; yo asumí todas las pérdidas.”

 “Manu imprimió la intensidad y el carácter que faltó con Fajardo”

En realidad, la primera opción había sido el que fue su sustituto, Emilio Fajardo, ¿por qué terminó también antes de tiempo su etapa en el Motril?

Nos encantó cuando habló con nosotros, pero nos vendió una serie de cosas que no se cumplieron. Pensó que sólo con nombres podíamos ganar, y a esa plantilla, se llamen como se llamen los jugadores, había que meterle la intensidad y el carácter que sí le metió Manu. En el descargo de Emilio está que no es lo mismo entrenar en el Escribano que hacerlo cada día en un sitio distinto. Emilio era ese entrenador que pedía la gente, pero te acabas dando cuenta que no necesitas un entrenador llamémosle de élite.

Además de las malas condiciones para entrenar, ¿pudo pesarle a Fajardo el hecho de no haber confeccionado él la plantilla?

No me vale ese argumento. Cuando se sentó con nosotros puso sobre la mesa los jugadores que hemos tenido, ¿qué entrenador de Tercera no querría tener este equipo?

¿Por qué hubo tantas bajas durante la temporada?

Porque se hicieron algunos fichajes que no dieron la talla. Actuamos con determinación para cortar por lo sano; yo mismo me senté con ellos porque vi que no tenían cabida en el equipo. Si hubiésemos prescindido de Viti nos habríamos buscado un problema. Fue él quien encauzó de nuevo al equipo. Si hubiésemos empezado como terminamos, habríamos peleado con Malagueño y Jaén.

¿Manu del Moral hubiese sido una buena opción desde el principio?

Sí, de hecho, fui yo el que lo propuso, pero en ese momento no quiso dar el paso.

¿Era el jiennense el primer candidato para el banquillo de cara a la próxima temporada?

Seguro. Antes de que firmara por el Getafe le dije que lo llamarían de allí; él era reticente, pero le aconsejé que, si quería vivir del fútbol, debía aceptar. Manu no se ha ido por dinero, sino porque era una oportunidad profesional que no podía desaprovechar. Me alegraría mucho que triunfase en Getafe.

¿El tercer puesto refleja lo que le correspondía realmente al Motril?

Creo que no. Sinceramente, yo pensaba que íbamos a ser primeros. Y si no me equivoco, porque asumo como propios los errores cometidos durante la temporada, estoy convencido de que así habría sido.

“La Academia no es una mina de oro, este año ha dado pérdidas.”

“Viti fue quien salvó al Motril, aunque no siempre se le valore.”

“Manu del Moral no se fue por dinero; el Getafe era una oportunidad que no podía dejar pasar”

 “Si no erramos en la confección, se puede tener una plantilla mejor con menos presupuesto”

La gente se pregunta qué papel juega la Academia en la viabilidad del club…

Ninguno. Es un negocio que la gente piensa que es una mina, y es al revés. Este año ha tenido pérdidas por culpa de una mala gestión. Muchas personas trabajando con sueldos grandes, insuficientes internos… La próxima temporada intentaremos hacer las cosas bien.

¿Cuánto ha costado el Motril de esta temporada y cuánto le ha costado a usted?

Bastante en ambos casos. Ya dije que, con las idas y venidas, sólo las mensualidades del primer equipo alcanzaron los 42.000 euros. Si sumamos las pérdidas de la Academia y los 80.000 euros que finalmente ha costado el femenino; el resultado es que he tenido que tirar muchísimo de mi bolsillo.

¿Por qué ese empeño en contar con un equipo femenino?

Queríamos tener también una base femenina, pero Dani Cohen nos engañó vivos. Sueldos desorbitados, el entrenador cobraba más que el del primer equipo, equipaciones Nike que cuestan 30.000 euros, falsas promesas de filialidad con el Atlético de Madrid, comidas a todas las niñas, primas por ascenso… Nos dimos cuenta tarde.

Y con todo lo que le está costando económicamente y de quebraderos de cabeza, ¿por qué continúa tirando del C.F. Motril?

Por la gente, que ha respondido, y porque me ayuda una barbaridad. Tengo la suerte de que mi empresa puede ir sola con mi hijo y el fútbol se convierte en mi terapia. Me despeja, me va bien, y tanto mi oncóloga como mi psicóloga me dicen que continúe. El fútbol es mi día a día, la posibilidad de acercarme a lo que yo perdí con 18 años.

¿Por qué no funcionó la Unión del fútbol base y, en particular, con el Costa Tropical?

Por lo que dije antes. No quería que Luis perdiera dinero y tampoco era cuestión de que me quedara yo poniéndolo todo. El Motril y la Academia me cuestan una pasta y no podía asumir otros 50.000 euros del Costa.

Cada vez se cuestiona menos que los clubes son de los que se juegan su dinero en ellos y que estos no tienen obligación de rendir cuentas a los socios. El C.F. Motril empieza a consolidarse como un sentimiento y no son pocas las voces que piden cierta fiscalización, vamos, una Asamblea como las de toda la vida, ¿usted tendría algún problema en convocarla?

Ahí está el club. Cualquiera puede sentarse conmigo, ver las cuentas y, si viene alguien fuerte que quiera poner lo mismo que yo, encantado de que seamos más los que aportemos para que, en vez de en Tercera, podamos estar en Primera RFEF. Y con todo esto no digo que rehúse una Asamblea. Por mí, sin problema.

¿Se puede desmotivar el aficionado por no ascender?

Al contrario. Hemos demostrado que con humildad se ha podido llegar hasta el play-off y ahora vamos a continuar, con más humildad aún, para intentar ser primeros.

Usted ha hecho de segundo de Manu del Moral. A pie de campo y desde su punto de vista, ¿qué falló en el playoff?

En Torre del Mar pensamos que éramos mejores y que podíamos llevar el peso del partido. Pero hay veces que tienes que adaptarte y ver las intenciones del rival, más cuando el Torre del Mar tenía un entrenador que les metió mucha intensidad. Se aprende equivocándose. La próxima tendremos la lección aprendida. También hay que tener en cuenta que el Motril llevaba quince años sin jugar un play-off.

Miremos a esa próxima temporada. ¿El presupuesto será menor?

Un poco. La temporada pasada se nos fue arriba por el tema de las bajas y los cambios de entrenadores. Si este año acertamos desde el principio, podremos tener una plantilla incluso mejor y por menos dinero.

¿Por qué se elige a Chus Hevia?

Es del perfil que quiero: intenso, vive por el fútbol. Con 9.000 euros mantuvo a su equipo 21 jornadas en playoff. El Torreperogil ha sido el único equipo que, al menos en su campo, nos quitó la pelota.

¿Se mantendrá el bloque de jugadores?

Eso espero. Si algunos se van no es por dinero, sino porque tengan ofertas de 2ª RFEF. Queremos mantener el núcleo, pero el problema puede surgir en la segunda vuelta, pues jugadores como Cameron, Raúl, Toni o Antonio López son caramelitos para 2ª RFEF. Es por eso que los futbolistas nunca quieren firmar por más de una temporada.

¿Qué influencia tendrá Hevia en el tema de fichajes?

Toda. La dirección deportiva y el entrenador no pueden ir cada uno por un lado.

Motri jugó en el Motril C.F. que consiguió el ascenso a 2ª B en la temporada 96-97. Debutó, con gol anulado incluido por perder una bota, en un partido con el Macael. ¿Qué ha cambiado de aquel Motril al actual?

Creo que antes existía más amor por el Motril y es lo que yo quiero recuperar. En el play-off se ha visto que es así. Fue un espectáculo ver cómo estaba el estadio. Por otra parte, antes los directivos e incluso los socios se implicaban más: haciendo carnets, metiendo publicidad. Recuerdo el ambiente que había en los bares de la Calle Ancha antes de los partidos…

¿Por qué no llegó a consolidarse en aquel equipo ni tampoco como futbolista?

Tuve que dejarlo por necesidad. Mi novia quedó embarazada; yo procedía de familia pobre, mi padre vendía pescado, y con el dinero que ganaba en el fútbol no podía mantener a mi mujer y mi niño, así que me fui a trabajar en la obra. Lo dejé muy joven.

La primera temporada en 2ª B usted intervino en la eliminatoria de Copa del Rey contra el Lorca. ¿Por qué Miguel Novo no le dio bola en liga?

No fue así, me lesioné. Me partí varios dedos y estuve más de dos meses parado, pero Miguel siempre confió en mí. En la temporada del ascenso jugué partidos importantes, como en Linares, en Roquetas o contra el Maracena, en el que nos jugábamos el liderato.

¿No hubo posibilidad de reengancharse al fútbol posteriormente?

Mané me ofreció ir al Calahonda, pero era imposible compatibilizarlo con el trabajo en la ferralla. Llegaba molido a los partidos.

¿Se arrepiente de no haberse dado otra oportunidad?

Toda la vida. Lo cierto es que no me puedo quejar de cómo me ha ido. Me fui a trabajar y monté una empresa pequeña que ahora tiene cien trabajadores, pero me pregunto cuál habría sido mi tope en el fútbol. Lo mismo no hubiese llegado a nada, pero esa duda la tengo.

¿Cómo era Motri futbolista?

Lo dejé tan pronto que no recuerdo si era rápido o técnico, aunque para jugar con Novo tienes que ser ambas cosas y, además, fuerte. Jugaba de mediapunta, de 6, de 8 o de 10, y me gustaba tener el balón. A Miguel tengo mucho que agradecerle.

¿Recuerda algún momento especial?

Aquel partido contra el Real Madrid. Estaba listo para jugar. No había límite de cambios, pero entraron Zoco y Di Stéfano al vestuario y dijeron que sólo podían hacerse cinco cambios. El Madrid venía de perder un amistoso en Móstoles y no querían tonterías. El caso es que, al final, la alineación se decidió echándola a suerte, a palillos, y a mí no me tocó. También recuerdo que Pérez Ortega nos regaló un traje con el escudo del Motril y yo era tan pobre que lo iba a utilizar para mi boda, así que le quité el escudo. Como no quería que Pérez Ortega se diese cuenta de ese detalle, entré medio escondido detrás de Heynckes y Guti, pero finalmente me descubrió y tuve que decirle la verdad, que me iba a casar con ese traje.

Buena anécdota, pero hay más…

Sin que lo supiera Miguel Novo, yo iba a trabajar de reponedor a un supermercado de la Avenida Salobreña. Entraba a las 4.30 de la mañana y a las 9 me iba al Pabellón a entrenar. En esa época teníamos doble sesión, así que, por la tarde volvíamos a entrenar.

Su hijo Isra, que jugó la temporada pasada en el Motril, milita ahora en el Recreativo de Granada, ¿se parece jugando a usted?

Es más completo que yo. Además, tiene una cabeza que no va con su edad. Puedes tener una conversación de mayor con él. Se fue a Girona con 13 años, pero lo traje por la pandemia. Creo que fue lo peor que pude hacer, pero él nunca me lo ha reprochado. Mi mujer y yo veníamos llorando a la vuelta y nos decía que estuviésemos tranquilos.

¿Hay algún acuerdo con el Ayuntamiento para remozar el Escribano?

Queremos resembrar ahora. Gastarse un dineral en plantilla para que luego tengas que entrenar en el Poli, con hoyos y riesgo de lesiones… De hecho, el equipo experimentó un cambio notable cuando volvió a entrenar con regularidad en el Escribano. Aun así, soy partidario de poner césped artificial. Me dolería perder el natural, pero con el sintético podría jugar ahí todo el mundo, porque algo tiene ese campo que todos quieren jugar en él. Necesita también que el ayuntamiento se aplique en el arreglo de vestuarios y gradas. Nosotros hemos hecho el gimnasio y hemos puesto el hormigón que hay tirado, pero yo solo no puedo estar gastando dinero en algo que no es mío.

Ya hay aficionados que se impacientan porque no llegan fichajes, ¿qué mensaje les puede transmitir a estos y a la afición en general? Queremos cerrar la plantilla antes del 20 de julio y empezar el 1 de agosto. Solo les pido que sigan con nosotros como hasta ahora. Si no nos hemos aburrido nosotros, que no lo hagan ellos.

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